Sobre mí

Margarita Moya Holistica

MI BIOGRAFÍA

Mi nombre es Margarita y soy la mayor de cuatro hermanas, por circunstancias familiares, decido acompañar a mis tres hermanas en el proceso de que no les falte nada básico antes de irse a dormir.

Cuando termino 8º de EGB, me formo en maestría industrial en la rama de peluquería, doy clases en un par de academias y descubro lo ingrato que es enseñar a quien no quiere aprender, después trabajo durante 30 años en la misma peluquería, hasta que mi jefe se jubila, y aunque me puedo quedar con su hijo conservando la antigüedad, decido que ya es suficiente y que yo quiero entregarme desde otro lugar al mundo.

 A lo largo de esos 30 años me voy formando el terapias alternativas, porque me fascina la sanación, las energías… y mi camino comienza con la maestría de reiki, para seguir con diplomatura de aromaterapia, minerales, cursos  de crecimiento personal, mindfulness, registros akashicos, tantra, círculos de mujeres, UCDM…Mientras voy aprendiendo, voy sintiendo unas ganas inmensas de compartir con amigas y clientas, toda esa información ,cuando les veo interesadas.

 Mi relación con las clientas es muy de escuchar con el corazón, lo que a veces su boca no dice; me invento juegos para las clientas que entran en bucle en la queja, utilizando lo que sé que les encanta y terminamos compartiendo recetas de cocina o jugando a las palabras… ( algunas decían que parecía que salían de una terapia).

A los 37 años tengo a mi hija “ otra mujer en mi vida” 

Durante años tengo afecciones en una zona muy concreta de mi cuerpo: como candidiasis, cistitis, incontinencia urinaria, hernia inguinal…hasta que aparece el VPH en el 2011; algo que no tenía ni idea de que era, y que además me dicen que es un sil de alto grado y que se puede convertir en cáncer si no paso por quirófano, así que me voy directa a la ventanilla para pedir cita para el pre-operatorio, llorando desconsoladamente por el miedo al cáncer; después llamo a mi pareja ( médico de profesión)  para informarle de la situación .Pasados unos días, algo explotó dentro de mí diciendo…”¿qué estás haciendo Marga? si tú no crees en esto” y decido anular las citas de los pre-operatorios.

 

Me llaman del hospital para decirme que si soy consciente de lo que estoy haciendo y del peligro que corro si no me opero.

Mis hermanas me dicen que estoy loca, que tengo una hija a la que cuidar.

Cuando le comento a mi pareja que creo en la auto sanación, me dice que su tía que le diagnosticaron VPH también lo quiso hacer a su manera y murió.

pasados unos meses voy a mi revisión ginecológica anual y al ver en mi historial que no pasé por quirófano, me deriva de nuevo a patología cervical y dice que si no me opero, que piense en cambiarme de médico(cosa que hice).En patología cervical me dicen que si no me pienso operar que para qué voy, a lo que le contesto que para comprobar el estado de mi cérvix,  porque  yo había estado caminando desde que me dieron el diagnóstico, desde mi sabiduría interna, con  terapias y leyendo un libro que me cayó del cielo, donde una ginecóloga contempla de manera holística todas las afecciones y me hace sentir más segura de seguir caminando por ahí, cuando me dice la doctora que soy una ingenua y una ignorante, que eso solo se quita con la operación,   le digo: muchas gracias por su interés,  sé que de medicina usted  sabe más que yo, pero  de mi cuerpo yo sé más que usted y que ya tomé una decisión. A regañadientes me hace las pruebas con biopsia incluida.

 El día de los resultados doy negativo y dice la doctora que esas pruebas no son muy fiables, a lo que le digo ¿ para positivo si y para negativo no?

 Me dio cita en dos meses y añadió que en otro caso hubiera dado el alta, pero que en mi caso no. Me siguió mandando revisiones durante un año, y yo asistía gustosa, pues así yo verificaba mi sentir; hasta que un día estaba otra doctora, y con una sonrisa en los labios me dijo…yo creo que ya te podemos dar el alta ¿verdad?

Desde ese proceso aprendí a creer más en mí y a no preguntar tanto afuera sobre mí misma, y a vivir en mis propias carnes, que cuando tengo total claridad en algo, no hay ningún vendaval que me arrastre.

Desde ese momento me nacen unas ganas inmensas de compartir este camino a mujeres que quieran ser acompañadas por mí.